• La compañía que lidera Abraham Sarrión repasa los principales hitos de cincuenta años de trabajo

Madrid, 28 de febrero de 2020. Construcciones Sarrión, compañía con sede en Toledo, cumple cincuenta años. La empresa, que arrancó su actividad en 1970 con algunos trabajos de edificación y construcción de carreteras, hoy comprende una cartera que abarca Infraestructuras, Edificación, Agua y Medio Ambiente, así como Concesiones. Todo, gestionado por la segunda y tercera generación familiar (y con la primera presente en la Presidencia).

Fue en el mes de marzo de hace cincuenta años cuando Don Antonio Sarrión López, junto con su hermano Guzmán y otros dos socios, constituyeron en Requena (Valencia) la empresa Requenense de Construcciones y Transportes SA para, apenas un año después, cambiar su denominación por la actual, Construcciones Sarrión SA, ya bajo el control de la familia Sarrión.

Primeros años
La empresa nació con clara vocación obra civilista, contratista de las Administraciones Públicas, y muy pronto comenzó a obtener sus primeros frutos con proyectos de la Jefatura de carreteras del Estado en Valencia, así como con la Diputación de Valencia.

Poco a poco Construcciones Sarrión fue haciéndose un hueco entre los contratistas valencianos y, a la par, le llegaron los primeros contratos de otras administraciones y particulares. Asimismo, va ganando concursos del Ministerio de Educación, concretamente dos centros en Requena -uno de Enseñanza General y otro de Formación Profesional-. Fruto de aquellos primeros años de andadura son el colegio de los Padres Dominicos en Requena, su residencia de ancianos, y la cooperativa vinícola de Coviñas, en la misma localidad.

En la segunda mitad de la década de los 70 se producen las primeras aperturas de canteras de áridos, así como la adquisición de la primera planta y equipos de aglomerado en caliente. Con esta inversión en medios, la empresa se hace un hueco importante en la ejecución de firmes para la jefatura de carreteras de Cuenca, dependiente del Ministerio de Obras Públicas.

Década de los 80, expansión y segunda generación
En los años 80 arranca la expansión a otras provincias y Comunidades. Se ganan contratos de carreteras del Ministerio de Obras Públicas y de la entonces recién constituida Consejería de Obras Públicas del Gobierno de Castilla-La Mancha.

A mediados de los 80 se incorpora a la Compañía Abraham Sarrión Martínez, segunda generación de la familia. Con él mejoran los medios de la empresa, tanto humanos como materiales. Se consolidan la expansión a otras regiones y nuevos clientes. Asimismo, llegan los primeros contratos importantes de obras hidráulicas con las diferentes Confederaciones Hidrográficas. Además, se adjudican varios contratos de conservación de carreteras de la Generalitat Valenciana.

A finales de los 80, viendo la consolidación de la actividad en la zona centro del País, se produce el traslado del domicilio de la Compañía a Cuenca, donde se emplaza el Parque de Maquinaria que, para entonces, supone una herramienta fundamental para el crecimiento de la Compañía.

Los noventa y la primera autovía
En la década de los noventa llegan contratos de especial singularidad para Construcciones Sarrión y se adjudica la primera autovía de segunda generación (“Autovía A-3, Tramo: Requena-Caudete”, en consorcio con FCC). Pronto llegaría el segundo contrato de autovía, también en la A-3 (“Tramo: Variante de Utiel”) y en consorcio con la misma compañía. Con aquellas obras Sarrión consigue la máxima clasificación de contratistas de Autopistas y Autovías. Y logra certificar su sistema de Gestión de la Calidad por Aenor.

En un sector tan dependiente de los Presupuestos Generales del Estado, la empresa no fue ajena a la gran crisis posterior a los grandes eventos del año 92, las Olimpiadas y la Expo. Las inversiones sufrieron drásticos recortes hasta finales de la década, y Sarrión no tuvo más remedio que acometer importantes ajustes para adaptarse a las exigencias de la nueva realidad presupuestaria.

La empresa opta entonces por consolidarse como referencia del sector de la construcción en Castilla La Mancha. Se adjudica la “conservación integral de la A-3” en la provincia de Cuenca para el Ministerio de Obras Públicas, y consigue reforzar su posicionamiento en el sector del Agua, con el contrato de varias importantes depuradoras en la comunidad manchega. Además, la empresa obtiene dos importantes proyectos del denominado ‘Método Alemán’: “Tramos 11 y 12 de la ronda Sur de Valencia” y “Variante de la Estrella en Logroño” (La Rioja), además de la autovía “A-63, Tramo: Latores-Trubia” en Asturias.

La empresa entra en la primera década del nuevo siglo con los contratos ganados a finales de los 90. Se trata de varios contratos de autovías, la “A-40, Tramo: Maqueda-Torrijos” en Toledo; La “A-40, tramo: Abia de la Obispalía” en Cuenca; la “A-41, Tramo: Miguelturra-Poblete” en Ciudad real, todos de la DGC del Mº de Obras Públicas, y la “Autovía de la Sagra”, de la Consejería de OP del gobierno de CLM.

Los 2000 y el crecimiento
Son los años de mayor expansión de la compañía. A los contratos antes mencionados, se le unen varios proyectos de obras hidráulicas del Ministerio de Medio Ambiente y sus diferentes Sociedades. Sarrión se hace con contratos de las Confederaciones del Júcar, Tajo y Guadiana; de Acuamed, Acuaes y la Dirección General del Agua. También trabajan en los primeros contratos con ADIF (“Corredor de Levante, Tramo: Horcajada-Carrascosa en Cuenca” y “Corredor Norte-Noroeste, Tramo: Pozo Urama-Río Cea en Palencia”). Por otro lado, se alcanzan las certificaciones de los sistemas de gestión en Seguridad y Salud en el Trabajo, Gestión Ambiental y Gestión de la I + D + i con Aenor.

En 2003 Sarrión obtuvo su primera Concesión de Infraestructuras, en consorcio con Acciona, de la Consejería de Fomento de la Junta de Castilla-La Mancha: la “Autovía de los Viñedos, Tramo: Consuegra-Tomelloso”, una concesión mediante peaje en sombra. Muy poco tiempo después se unió la segunda concesión, en 2005, esta vez en consorcio con FCC (“M-407, Tramo: Fuenlabrada-Griñón”, también mediante peaje en sombra para la Consejería de Transportes de la Comunidad de Madrid), y una tercera, la concesión de aparcamientos en Cuenca para el Ayuntamiento de la ciudad.

En 2007 el Ministerio de Fomento lanzó un ambicioso Plan de transformación de Autovías de 1ª Generación, mediante diez contratos de Concesión de Infraestructuras con peaje en sombra. Sarrión, en consorcio con Cyopsa, Getinsa y Visever, ganó uno de los contratos, el de la “A-31 Tramo: La Roda-Bonete en Albacete”, denominado “Autovía de los Llanos, SA (Aullasa)”.

La buena labor en el área de Depuración de aguas dio frutos en esa década con destacados contratos de construcción y explotación que culminan, ya en la siguiente década, con el contrato de servicios de explotación, conservación y mantenimiento de 55 estaciones depuradoras de aguas residuales.

Ajustes, consolidación y tercera generación
La segunda década del siglo XXI ha sido una década complicada. En 2010 se produjeron de nuevo fuertes ajustes en todos los Ministerios inversores. Llegó una gran crisis al sector, con gran destrucción de empleo. Sarrión no fue ajena a esta coyuntura, y realizó los correspondientes ajustes para adaptar la empresa a los nuevos presupuestos de la Administración. Durante aquel tiempo se incorpora a la compañía Abraham Sarrión Alcantud, tercera generación de la familia. También se concluyó la ejecución de las autovías “N332, Tramo: Variante de Benidorm” (Alicante), y la “A-4, Tramo: Variante de Córdoba” en Andalucía, ambas para el Ministerio de Fomento; y los tramos de la Línea Madrid-Badajoz para ADIF, “Mérida-Montijo”, “Garrovillas”, “Estación de Plasencia-Arroyo La Charca”, y “Acceso Norte a Cáceres” en Extremadura.

En este mismo periodo Sarrión valoró la posibilidad de salir al exterior y exploró mercados como México y Colombia, además de algunos países del Este de Europa. Sin embargo, finalmente decidieron centrar los esfuerzos en la gestión de su cartera de entonces y en los clientes que mejor les conocen. Además, en esta etapa la empresa ganó, en Consorcio con OHL, y Construcciones Carrascosa, uno de los grandes contratos de edificación proyectados por la Junta de Castilla-La Mancha, la “Construcción del nuevo Hospital de Cuenca”. De esta forma, Sarrión logró superar la crisis con los contratos en cartera, algunos nuevos y, sobre todo, centrando los esfuerzos en las Concesiones de Infraestructuras.

No fue una década fácil. Con todo, tras aquellos contratiempos, comunes en el conjunto del sector de la construcción, la familia Sarrión volvió a hacerse con el control de la compañía e incorporó a su accionariado a José A. Filíu Rodríguez y a Juan Miguel Cabezudo Copa, quienes venían desempeñando los cargos de Director General y Director Financiero de Sarrión, respectivamente.

Diversificación: Concesiones
En 2018, y después de más de 15 años de experiencia en el sector de las concesiones, en Sarrión deciden apostar por el mismo segregando esta rama de actividad de la constructora. Nacía Sarrión Concesiones SL, con toda la actividad concesional del Grupo y con la intención de impulsar el crecimiento en los contratos de colaboración público-privada.

Un año después, en 2019, la compañía emprende un reajuste estratégico: decide variar su estructura de gestión con Direcciones Territoriales a otra conformada por Áreas de negocio, creándose en enero de 2020 las Áreas de Infraestructuras, Edificación, Agua y Medio Ambiente, y Conservación y Explotación de Infraestructuras. Además, Sarrión incluye también un Área de Innovación, que depende directamente del Consejo, y que va desarrollándose, entre otros, con la Universidad de Castilla la Mancha (UCLM) -y en particular con la Escuela Superior de Ingenieros de Caminos Canales y Puertos (ICCP) de esta Universidad-.

Tal y como destaca Abraham Sarrión, “50 años de actividad en un Sector tan extraordinariamente dinámico, como sin duda lo ha sido para Construcciones Sarrión, son para felicitarse. La Compañía ha sabido adaptarse a los cambios sustanciales producidos en el último medio siglo de nuestra Historia que, sin duda, han sido los de mayor progreso de la sociedad española”.

Desde Sarrión, prosigue su líder, “estamos orgullosos de haber aportado nuestro granito de arena, eso sí, con cemento, a ese progreso. Estamos preparados para afrontar otros 50 años, con la fortaleza que da toda la experiencia acumulada durante todo este tiempo, las rectificaciones adoptadas para corregir los errores cometidos, y la formidable plantilla de expertos profesionales con la que contamos y que forman parte de esta gran familia”. La misma que, cincuenta años después, sigue presidiendo D. Antonio Sarrión López.