• Artículo originalmente publicado en la revista Caminos (noviembre 2021) de la Demarcación de Castilla-La Mancha del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos  

Madrid, 13 de diciembre de 2021. Parafraseando a la ministra Montero tras la aprobación del Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia, “es la mayor oportunidad que vamos a encontrar en los próximos años». La ministra se refería entonces a los fondos Next Generation EU (NGEU) que la Unión Europea ha asignado a España.

Este plan de Recuperación y Resiliencia se articula en torno a treinta componentes, muchas de las cuales están directa o indirectamente ligadas con el sector construcción.

Está claro pues, que la construcción está llamada a ser protagonista de la recuperación en nuestro país, ejecutando numerosas actuaciones necesarias, aplazadas después de más de diez años de déficit inversor, en áreas como accesibilidad y movilidad urbana, vivienda, modos de transporte de personas y mercancías, abastecimiento y depuración de agua, regadíos, regulación de avenidas e inundaciones, lucha contra la desertificación, regeneración ambiental, gestión de residuos, eficiencia energética y salud pública.

Con el fin de ligar los fondos NGEU con proyectos concretos, hace ya unos meses elaboramos en ANCI un catálogo resumen de infraestructuras de diferentes tipologías, encuadradas en una o varias de las componentes del plan de Recuperación y Resiliencia y, a la vez, demandadas por las Comunidades y con un grado de planificación alto, de forma que puedan ser ejecutados en el exigente calendario establecido para la ejecución de estos fondos.

Son un total de 170 actuaciones por valor de 17.000 millones de euros. En concreto, en Castilla-La Mancha se han identificado numerosas obras de carreteras, hidráulicas y ferroviarias que, en conjunto, suponen una inversión superior a 1.300 millones de euros, y cuya ejecución supondría enormes beneficios para la comunidad.

Y es que la construcción es un sector que garantiza el bienestar y la calidad de vida de los ciudadanos, la cohesión social y la sostenibilidad medioambiental del entorno.

En términos económicos, es el segundo sector que crea más empleo en España (catorce puestos de trabajo directos e indirectos por cada millón de euros invertido). La Confederación Nacional de la Construcción cifra en 700.000 los puestos de trabajo que generará el sector gracias al ciclo inversor expansivo que generarán los fondos europeos. Esta capacidad de crear empleo de manera inmediata es crucial en estos momentos. Y más si consideramos que la construcción ofrece un empleo de calidad, donde podrían reubicarse buena parte de los trabajadores más afectados por el desempleo, aquellos con menor cualificación o experiencia, junto a mujeres y jóvenes.

Es además el sector que genera una mayor actividad económica inducida (1,92 euros por cada euro de inversión), su retorno fiscal es del 50% (recuperándose medio euro por cada euro invertido mediante impuestos, tasas y cotizaciones) y sólo importa un 9% de los materiales que emplea.

Es, asimismo, un sector innovador, con empresas que apuestan por la transformación digital y la aplicación de nuevas tecnologías en sus procesos. Para ello se invierte en la formación de los profesionales, conscientes de la enorme importancia de la mejora continua de la base de capital humano.

Por todo ello, los fondos europeos del Plan de Recuperación y Resiliencia destinados al sector construcción supondrán una posibilidad única, que no podemos perder, de reactivar la economía y crear empleo de calidad mientras se mejora la calidad de vida de los ciudadanos.

Sin duda nos encontramos ante una ocasión irrepetible. Como también son únicos los retos que tendremos que afrontar para poder ejecutar íntegramente estos fondos. Los plazos que ha marcado para ello la UE son muy estrictos, por lo que la colaboración entre todos los agentes es hoy, más que nunca, imprescindible.

Porque apenas han empezado a fluir y ya nos estamos encontrando con las primeras dificultades. En concreto el desorbitado encarecimiento del precio de las materias primas y sus consecuencias sobre las obras en curso y las que están por licitar, que han puesto en evidencia la urgente necesidad de restablecer un mecanismo de revisión de precios que reequilibre los contratos.

Resulta crucial encontrar una solución a este problema en el marco de las inversiones con cargo a los fondos NGEU. O cualquier otra cuestión que vaya surgiendo. No podemos fallar en esta oportunidad-país por no ser capaces de resolver dificultades perfectamente identificadas.

Las administraciones y las empresas tendrán que trabajar alineadas y coordinadas con el objetivo de que se puedan ejecutar íntegramente los fondos de recuperación en los plazos marcados. Porque la alternativa de tener que devolver los fondos adelantados no puede ser una opción.

Por último, no debemos olvidar que los fondos que Europa va a poner a nuestra disposición, además de las transferencias directas, tienen una segunda parte, dotada con 70.000 millones de euros adicionales en préstamos. Esta componente supondría un gran impulso para el sistema concesional, permitiendo atender numerosas infraestructuras largamente demandadas, como pueden ser en el caso de Castilla-La Mancha las inversiones en materia de depuración.

Los fondos Next Generation nos ofrecen una oportunidad excepcional para el sector y para España. Nos corresponde, a todos, estar a la altura y hacer un uso eficaz, e íntegro, de unos fondos que son esenciales para la recuperación y la dinamización que el país y los ciudadanos necesitan.